sábado, 27 de septiembre de 2014

Las cinco peores cosas que hizo Marie Cooper y yo no voy a hacer.

Ya os he comentado que yo uso internet para recapitular información, entender lo que me está sucediendo y poder afrontarlo de la mejor manera posible. De esta forma es como llegué a leer este artículo escrito hace dos años por una persona que lleva siete diagnosticada de esclerosis múltiple. En él se plantea todas aquellas cosas que ella no hizo cuando le diagnosticaron la enfermedad. Lo que pudo haber evitado cuando pudo enfrentado a ello. Yo afortunadamente puedo aprovecharme de los errores de las personas que pasaron por aquí antes que yo y no cometerlos.

Siento como si tuviera el libro de Viaje al centro de la Tierra en mis manos y pudiera saber que ese camino no es el correcto.

Cuando me planteé la posibilidad de tener esta enfermedad me acordé de mi tía. Ella lleva diagnosticada de Parkinson desde hace casi veinte años y nunca se ha enfrentado a su realidad. Hasta que no ha podido continuar ha estado haciendo vida normal sin solicitar más ayuda de la imprescindible, sin buscar información en asociaciones o en otros enfermos porque nunca quiso saber la verdad de su enfermedad. Yo no quería que eso me sucediera a mí por eso desde el primer momento he sido muy fría con mi futuro a la par de algo catastrofista. Siempre he creido que el pesimista es un optimista bien informado.

Sin embargo fue la propia neuróloga la que me desaconsejó acercarme a asociaciones y evitar informarme por internet. No creo que me cause ningún mal saber que hay personas que llevan la enfermedad peor que yo. Ya sea porque no tienen fuerza para enfrentarse a esta incertidumbre o porque la enfermedad se está cebando con ellos. Una cosa que siempre tenemos que tener presente los enfermos de esclerosis es que nuestro futuro es incierto y caprichoso. Lo que a mí me suceda no va a ser lo que te suceda a ti pero al menos sirve como apoyo saber que alguien me entiende. Por más que le explico a mis amigos y a mi familia lo que siento cuando me pincho creo que nunca sabrán lo que es sentir ese ardor y ese picor por el que te arrancarías la piel. Cuando les hablo de mi apatía y mi cansancio me miran con condescendencia. Sólo tú me entiendes y quizás ni eso. Porque mi sensación es mía, mi dolor es mío, mi fatiga es mía y mi enfermedad también.

Aunque estoy convencida de que no va a aparecer un segundo brote de la misma forma que ya me medico voy a poner todos los medios para que todo sea un camino llano. Voy a cuidarme en todos y cada uno de los sentidos de la palabra. No voy a reprocharme no haberme enfrentado con esta suerte.

Ahora os dejo el enlace del artículo pero en los próximos días lo iré destripando:

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