viernes, 25 de julio de 2014

Solo tengo esclerosis múltiple.

Hemos llegado a las diez menos diez a la consulta. Mientras esperábamos han entrado una señora con una moto y una chica jovencita con su madre. He supuesto que ambas tenían la enfermedad. La de la moto era mucho más mayor y las secuelas se notaban por lo que debía de valerse de ese triciclo para caminar y la chica, no mucho mayor de dieciocho años, estaba comenzando su recorrido en la enfermedad.

Mientras haciamos tiempo en conversaciones absurdas me iba poniendo cada vez más nerviosa. 

Hoy no me ha atendido la misma neuróloga que me estaba viendo sino la chica jovencita que la acompañaba cuando me hicieron la punción. Con una amplia sonrisa me ha explicado todo sin alarmismo y con mucha tranquilidad.

La esclerosis no es una enfermedad certera, es una enfermedad de posibles y yo soy uno de esos posibles.

Me confirma que los potenciales evocados han salido correctos. Que la segunda resonancia, mucho más exhaustiva que la anterior, indica que mi mancha es realmente muchas pequeñas lesiones expandidas por lo que aquello que en la primera resonancia aparecia como una gran y única mancha hoy es una pequeña galaxia de estrellitas. Además en la punción lumbar he tenido algunos marcadores positivos. Todo ello es compatible con la esclerosis múltiple de forma que el equipo médico que realiza mi examen ha decidido comenzar a medicarme. Se supone que no es hasta que tienes dos brotes diferenciados cuando te diagnostican la enfermedad pero vamos a hacer todo lo posible para que no exista ese segundo brote.

Había momentos que sentía cierto agobio pero estar concienciándome sobre la enfermedad durante cinco meses e informándome me ha hecho recibir la noticia con tranquilidad y fuerza. 

La neuróloga me ha recomendado que no busque información en internet. Já, demasiado tarde. Creo que no ha habido sitio que no haya sido devorado por estos ojos. Cree que toda la información que aparece en el mundo virtual es alarmista y sobre todo de personas que están muy afectadas. Las personas que viven una vida normal en la que la enfermedad no interrumpe en su historia no se muestran, quizás por miedo a encontrar un futuro incierto en personas con la enfermedad más avanzada, quizás porque no les preocupa. Sólo cuando se asustan, cuando tienen miedo aparecen y las personas que comenzamos este camino sólo recibimos palabras desesperanzadoras. Yo no lo creo. He leido historias atroces tanto como historias sobrias llenas de optimismo. Es cuestión de no quedarse en lo que más brilla sino en arañar un poco más. 

Yo estoy muy esperanzada, así que quizás ahora tiene más sentido este blog. El testimonio de una personas que aún teniendo una enfermedad de esta características se encuentra bien y va a hacer todo lo posible por continuar así. Quiero que si alguien busca un poco más me encuentre y sepa que todo va a salir bien.

3 comentarios:

  1. Espero que sigas tan animada siempre. Ya verás como todo se queda en el susto. Un beso.

    ResponderEliminar
  2. ¡Ánimo! Conozco a gente a quienes les diagnosticaron tu misma enfermedad hace años y continúan haciendo su vida con normalidad.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Yo voy a hacer vida normal durante muchos años, lo sé. Bailando hasta que el cuerpo aguante.

    Gracias por vuestros ánimos.

    ResponderEliminar