martes, 29 de julio de 2014

Tratamiento precoz: la estrategia más válida a seguir.

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria del Sistema Nervioso Central que afecta al cerebro y a la medula espinal. Cuando la mielina que envuelve las fibras nerviosas y que facilita la conducción de los impulsos nerviosos es destruida o dañada, aparecen los primero síntomas de esta patología que ya padecen alrededor de 1.000.000 de personas en todo el mundo. En Europa Occidental, aproximadamente 350.000 personas sufren las consecuencias de esta enfermedad neurodegenerativa y en España el número de pacientes con esclerosis múltiple asciende a más de 30.000 personas, con una tasa de prevalencia de 56 a 60 pacientes por cada 100.000 habitantes.
El hecho de que los síntomas de la esclerosis múltiple varíen en función de la parte del Sistema Nervioso Central que esté dañado, es la causa de que ésta pueda no reconocerse inmediatamente e incluso llegue a confundirse con otras enfermedades neurológicas. El estudio de un cuadro de alteración neurológica, el acontecimiento desmielinizante único o Síndrome Neurológico Aislado (SNA), puede ser la clave que lleve al especialista a distinguir entre la primera manifestación de una esclerosis múltiple y un episodio aislado, probablemente de causa desmielinizante, que no se volverá a repetir.  El diagnóstico precoz es la clave para frenar el avance de la enfermedad.

El Síndrome Neurológico Aislado (SNA) consiste en un episodio de alteración neurológica probablemente de causa desmielinizante, que en algunos casos resulta ser el inicio de una Esclerosis Múltiple y en otros no deja de ser una alteración neurológica puntual que remite de forma espontánea. El hecho de poder diagnosticar de modo fiable qué síndrome neurológico aislado evolucionará en esclerosis múltiple es posible gracias a un nuevo método evaluado por investigadores del Hospital Ramón y Cajal que se ha presentado en la reunión. El diagnóstico se basa en criterios clínicos: los síntomas y la búsqueda de lesiones en la sustancia blanca a través de la Resonancia Magnética nuclear (RM) y del estudio del líquido cefalorraquídeo (LCR).
Según los investigadores, la presencia de bandas oligoclonales de inmunoglobulina G (IgG) en el líquido cefalorraquídeo de pacientes que habían sufrido un SNA determina que, en un 95% de los casos, se desarrollará la enfermedad. El porcentaje de esta nueva técnica supera con creces al número de casos que predice el diagnóstico por Resonancia Magnética, por lo que queda probado que el análisis del LCR es esencial en el diagnóstico de la EM y complementa la RM. “La determinación de la IgG minimiza la angustia de los pacientes con el síndrome aislado en los que se descarta que se vaya a desarrollar la enfermedad y permite tratar precozmente a los que sí la presentarán”, explica el Dr. José Carlos Álvarez-Cermeño, uno de los autores neurólogo del Hospital Ramón y Cajal.
El hecho de que muchos de los pacientes que padecen un síndrome neurológico aislado desmielinizante desarrollen finalmente una Esclerosis Múltiple Clínicamente Definida (EMCD), es decir, aparición de un segundo brote desmielinizante con evidencia clínica de otra lesión, hace que el tratamiento precoz resulte fundamental para intervenir o retrasar la progresión de la enfermedad. Actualmente, el único tratamiento indicado y aprobado por la EMEA para un primer brote de causa desmielinizante es el  IFN beta-1a,  IM .


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