Se lo he comunicado a mi jefe.

En todo este tiempo en el que me he estado informando, primero descubriendo qué era la enfermedad y después con los testimonios de las personas que padecen esta locura para conocer cómo se vive la enfermedad y cómo te trastoca tu vida anterior, una de las cosas que más me preocupaba es cómo va a transformar mi vida laboral y mis estudios. No sé si podría sentirme feliz sin ser productiva.

En estos momentos de crisis tengo auténtico pánico en quedarme sin trabajo. Cuando tuvimos remodelación en la plantilla estaba auténticamente asustada. Ahora me preocupa saber si podré trabajar por mucho tiempo. Leí mucho sobre personas con esclerosis que teniendo pocos años ya no podían ejercer su trabajo y habían conseguido la incapàcidad absoluta y me pegó una punzada el corazón. Imaginaba que esas personas empezaron como yo, sanos, aparentemente sanos y ahora estaban en la otra situación de la historia.

Tengo un compañero de trabajo que tiene una enfermedad extraña: Sensibilidad Quimica Múltiple que viene a ser una intolerancia extrema a los productos químicos y tiene una auténtica cruzada contra los jabones, detergentes, perfumes, limpiadores, ambientadores y demás olores artificiales. Sin cura, sin diagnóstico y con una enfermedad no reconocida laboralmente se le permitió trabajar desde casa. Ahora en verano se le requiere que venga a la oficina para suplir las vacaciones de los demás y él no se encuentra en condiciones de hacerlo.

Yo defensora de pleitos pobres medié por él con mi jefe. Entendiendo la posición de la empresa empatizo más con la de mi compañero y de alguna forma me identifico con la posibilidad de que en el futuro necesite algunos privilegios para continuar en mi puesto de trabajo.

Mi conversación con mi jefe acabó enfocándose en mí y aunque no debí hacerlo le comenté la  posibilidad de tener este diagnóstico este jueves. Él me agradeció la confianza depositada en su persona pero en estos momentos no sé si he obrado correctamnete.

Sólo el tiempo me dará la respuesta.